esa mirada que me envuelve,
porque eres todo lo que soñé.
Esos labios puros que recorren mi espalda
y tus manos rozando mi cuerpo, acariciándolo.
Nada en mi vida se compara a ti,
ni el mayor placer, podría superarlo.
Esa amabilidad, esa fuerza que me protege,
tus palabras, tus silencios,
tu risita estúpida, tus chistes sin sentido,
tus abrazos asfixiantes, tus guiños de ojos,
tus palabras de aliento, tus estupideces para hacerme reír,
tus enfados tontos, lo quiero todo.